martes, septiembre 13, 2005

Un relato.

Biografía de un crack.Por César "Chartonjeston" Arribas

Cada historia tiene su versión según quien la cuente, eso es una verdad como un puño, pero lo cierto es que hay veces en la que uno tiene muy claro quien miente; no por desprecio ni por afinidad simplemente por el hecho que sean más o menos creíbles las versiones.
Teófilo Peláez Maroto era uno de esos hombres que abundan por nuestras tierras, el era buena persona, amigo de sus amigos e incluso de sus enemigos, bajo la óptica de las mujeres era un personaje curioso, su atractivo residía en su bondad y como tal debería ser conocido para ser deseado, cosa que jamás ocurrió por que a ninguna mujer se le ocurrió que detrás de esa cara llena de granos rebosantes de pus se escondía una de las mejores almas del universo.
El nunca tuvo suerte en la vida en ese ranking se encontraba al final del todo y sólo en días ocasionales triunfaba en algún estúpido aspecto de nuestras rutinas, el 5 de Marzo del 1999 fue capaz de mear en un urinario público sin verter una gota de micción fuera del receptáculo y de puro orgullo ante tamaña hazaña se vitoreó y salto de alegría dentro del mingitorio con tan mala fortuna que un resbalón le hizo darse cuenta que otros hombres habían meado antes allí sin apuntar siquiera a la taza y pese a no salpicarse con su propio orín salió de allí rebosante de pis, pero satisfecho de haber mejorado su puntería peniana.
A cualquiera esta simple anécdota le parecerá patética, pero metiéndonos en la piel de nuestro héroe nos daremos cuenta que estos pequeños triunfos cotidianos son los que hacen que el hombre sea hombre y que espiritualmente crezca, esas pequeñas satisfacciones diarias que como agua para las plantas o mierda para las moscas hacen que el ciclo vital siga su curso
Su madre una sacrificada hembra de ciento trece kilos de peso aguanto todo lo que pudo con el retoño hasta que en el verano del 2002, mientras Corea y un árbitro malvado apartaba a nuestra selección de las semifinales del Campeonato de Mundo, justo cuando un joven sevillano llamado Joaquín fallaba el penalti maldito, Doña Gertrudis Maroto del Campo veía como su afición a chupar huesos de aceituna manzanilla era más peligroso que unas vacaciones en Kosovo, del bramido que profirió su adorado retoño al fallo de la pena máxima por el bético fue respondido por una succión de la minúscula semillita que se fue a parar a la traquea de donde no se movió hasta ser retirada por el forense, que por cierto puso cara de agrio amargor al ver las cosas que Doña Gertrudis había comido sin digerir del toso, baste decir que encontraron dos pelos de grillo salvaje, un cacho de la tarjeta de clienta del Carrefour e incluso canicas de colores amarillo chillón, para ser más exacto veintiuna.
Teófilo lloró amargamente la pérdida de su madre, más teniendo en cuenta que el padre al ser marino, en un barco pirata de nacionalidad indonesia (según la última carta que había recibido de él), era difícil de localizar, Teofilo busco desconsolado a su progenitor allá donde su capacidad le permitía, registro de abajo a arriba la cocina, el cuarto de baño e incluso en el descansillo del portal de su domicilio en un gesto de suma astucia se le ocurrió buscar en la guía de teléfonos pero incluso allí donde tanta gente vivía no hallo nada y lloró amargamente durante dos días con sus dos noches, después se sobrepuso y decidió salir del agujero, que el mismo se había cavado (sin saberlo) y salió a la calle en busca de amistad.
Es difícil encontrar gente amable, amigos, gente que te escuche y te comprenda, busco amigos y no los halló, al menos en los diez primeros minutos de búsqueda después se rindió y volviendo a casa, dando un rodeo por el parquecito de al lado observo como una multitud se arremolinaba ante un espacio rectangular de arena delimitado por tableros de madera, allí seniles personajes vestidos con colores distintivos, lo había de camisola azul y de camisola roja gritaban desaforados, ese día Teófilo conoció la petanca que sería su hobby más adorado y el único que tendría en toda su vida.
Los ancianos gritaban, algunos meneaban la bufanda, otros ingerían agua de Font vella a morro mojando sus camisetas debido a la virulencia de sus movimientos y el galopante parkinson que la mayoría de ellos padecían.
Durante dos meses bajó todos los días a ver aquel entretenido deporte de veteranos, unos días bajaba con camisa azul y otros con la roja y allí se ponía a gritar y a beber con sus nuevos compañeros, la mayoría de ellos no jugaba nunca simplemente se dedicaban a animar.
Aquella gente que le golpeaba amistosamente en el hombro, que le ofrecía font vella y que con honda sabiduría le decía: - Vaya mierda de tiro, eran sus primeros amigos.
Así empezaron las tardes de gloria para Teófilo, su afición tuvo repercusión en todos los ámbitos de su vida, ya casi nunca se mearía fuera del retrete, averiguó que era la fecha de caducidad de los productos del supermercado, descubrió la masturbación, la masturbación con bolsa en la cabeza, la masturbación sentadote previamente en tu mano, la masturbación salivera, la masturbación con uñas pintadas, la masturbación vegetal, la masturbación a filete…en fin un montón de cosas que mejoraron plenamente su vida.
Su casa siempre un nicho negruzco con capas de porquería que databan del año 1967, se convirtió en un palacio cristalino, su nevera siempre rebosante de font vella y calamares.
Teófilo vivió momentos de gloria en su vida…

Esa es sumarte de la historia no la que contó sino la que se forjaba en su cabeza, por que la realidad siempre es más cruel que nuestros sueños y nuestros anhelos, la parte real de la historia no la conocen nada más que tres viejecitos del Frente Sur del equipo de Petanca del la Real Petanquera, ese equipo que vestía de rojo en el parquecillo, ese equipo al que Teófilo se unía una día si y uno no, según el color de su camiseta, pero aquel gris lunes de verano Teófilo dispersó de su mente el recuerdo del color de su camiseta, aquel desgraciado 15 de Julio del 2005 los desaprensivos de la Real Petanquera de Parque de Sotillo visto que la caída de su equipo era inminente decidieron ir a romper los urinarios del parque armados con garrotas y fuet del DIA, aquel aciago día Teófilo Maroto presa del desenfreno que supone ser masa no pensante se dirigió con sus colegas de peña hasta el urinario donde Jacinto Campos i Pi de la Maestranza, acompañados por Rufino Ruiz Del Hornillo y el miembro más violento y nocivo Doña Irene Parra Bastón fue localizado e identificado como miembro del Atlético Pentanquista y por ello ajusticiado a base de garrote y fuet.
Teófilo recibió cerca de doscientos golpes antes de caerse al suelo, no menos de seiscientos antes de caer inconsciente y casi tres mil cuando la policía le halló con el cuerpo ensangrentado y en estado de coma profundo, estado que le proporcionó sus delirios masturbatorios y el periodo de felicidad más largo de toda su vida ya que paso treinta años meando sin fallar, descubriendo los secretos del sexo y lo que es mejor aprendiendo que para pasarlo bien es estar mejor quieto.
En fin, que le vamos a hacer si la vida es sueño para algunos y hay otros que para vivir necesitarían no despertarse nunca.

No hay comentarios: