lunes, enero 16, 2006

Don Aniceto

Aquel día triste de invierno la vida de Don Aniceto Arturez Vinagre cayó en las más absoluta de las desesperaciones y blandiendo como arma un orinal de porcelana entró súbitamente en la residencia de ancianos para la tercera edad “El senil empanado”,con ánimo de matar a todo ser viviente.
Bajo sus zapatillas de felpa marrones y su orinal de porcelana cayeron dos hamamelis y un clerodendro de la familia de los calcífugos y una mosca que pasaba por allí. Acto seguido de la defunción de la mosca Aniceto se derramó en el gres presa de un ataque de ciática, dos ataques de corazón y una epilepsia inmediata con resultado final de dos fallecimientos consecutivos.
Cocoliso Mentón Cabezabuque prestigiosos psiquiatra fue el encargado de realizar un análisis de lo que había llevado a el pobre Aniceto a perder la chaveta de semejante guisa.
Tras un montón de entrevistas con sus compañeros del geriátrico no sacó nada en claro pues ninguno sabía quien era, de hecho casi ninguno sabía quien era el mismo, casi se rinde, pero un oscura tarde de abril fue a dar con la única persona de todo el recinto que conocía en cierto grado al elemento.
Haciendo un breve interludio en el tema principal diremos que Don Cocoliso jamás estudio psicología, hizo eso si un buen curso CCC de guitarra y dos cartillas rubio hasta la página 20.
Dos meses más tarde, me refiero al día negro del mes de Abril, el eminente destitulado psiquiatra se dio cuenta de que esa persona que le podía desvelar los misterios de la ida de pelota de Don Aniceto no era más que una estatuilla de mármol ennegrecido por el tiempo que siempre había estado en el jardín, incluso cuando este era vertedero nuclear.
Y diréis ,¿por qué una estatua conocía mejor los secretos del personaje principal que un montón de ancianos seniles con alzheimer?.
Muy fácil por que ese día de Junio pasaba casualmente por allí Grissom buscando pruebas de algo y encontró un chicle pegado en la estatua, que al analizar descubrieron era de boomer y contaba con ADN de Don Aniceto.
De lo cual Cocoliso dedujo el final de la triste historia de el anciano muerto.
Estaba claro que le había dado un subidón de azúcar debido al alto contenido de este en los chicles boomer y había experimentado tal caos en el cerebro que había intentado sodomizar uno a uno a todos los ancianos del geriátrico, como todos ellos le rechazaron se cabreó mucho y decidió matarlos a todos, eso lo dedujo por que sí.
Con lo cual al pedirle el Estado un peritaje del caso y si había negligencia por parte del Centro de la tercera edad “ El senil empanado”, Don Cocoliso que por entonces ya tocaba medio bien los acordes de cumpleañosfeliz en la guitarra, entregó como prueba el chicle de su increíble historia.
El estado por estos importantes servicios no dudo en dar dos hostias a Don Cocoliso, retirarle el carné de psicología (cosa que no consiguieron, pues no lo encontraron) y además le pisaron su guitarra.
Ni que decir tiene que los oscuros móviles que llevaron a Don Aniceto a comportarse de ese modo siguen aún siendo un misterio como la existencia del Yeti o el paradero de la hija de Romina y Albano.
Eso sí el chicle permanece criogenizado por si en un futuro alguien puede solventar esta oscura historia.

1 comentario:

Ángel dijo...

No porque lo pongas dos cveces me va a gustar más :chis:

Me gusta.