martes, enero 31, 2006

Resaca

Como un ejército de grillos con mala leche, la gente se agolpaba en el local, el ruido más que ensordecedor era como una explosión nuclear salvaje. El hacinamiento era tal que daba la impresión de estar en una orgía de depravados que practican el sexo completamente vestidos; y el suelo, esa cama de piedra donde me alojaba estaba húmedo y negro de porquería. Mi último pensamiento lúcido fue la brillante idea de separarme de mi grupo de amigos e ir al cuarto de baño a descargar el alcohol, eran sólo unos metros pero en cuestión de segundos la alegre caminata entre la orgía se convirtió en la etapa más dura del Tour de Francia.
No sólo había descubierto la falta de motricidad en mis piernas sino que con amargura descubrí a que sabe el suelo e los bares, lo que tiene la gente adosado en la suela de los zapatos y como se siente alguien realmente penoso. La última copa que había ingerido la tenía en forma de papilla delante de mis ojos y probablemente sobre mi nariz y cerco de la boca y ciertamente no olía, apestaba a sobaco de mil demonios. La poca luz que llegaba hasta mis ojos no era más que un fino halo que tan sólo me permitía distinguir el color de los pantalones de la gente que me rodeaba, e ignoraba al mismo tiempo.
Para qué tenía que seguir bebiendo, no sé ahora no me acuerdo, la diversión era esa al fin y al cabo, o ¿era el cumpleaños de alguien?, quizás Paco, no Paco hoy no ha venido, yo que sé,(me acabo de ahorrar el resto del camino al baño pues me acabo de mear encima y algo más).
Alfonso es un tío muy majo, de pocas luces pero muy majo, me porte ayer mal con él, no debí reírme de sus defectos, ahora me siento mal, yo creo que también tengo muchos defectos, pero los demás no los ven, o al menos eso creo. Es duro descubrir que ahora estas al otro lado, que la gente que tu creías amigos ya no son más que desconocidos con los cuales tienes compromiso de hablar y cruzar palabra inocuas y vacías, me aburre hablar con Andrés, era mi mejor amigo del barrio, pero el estudio otra carrera, otros amigos y dejamos de vernos, ahora solo somos incordios que nos cruzamos de vez en cuando.
¿Cuánto tiempo habrá pasado?, No sé lo más seguro es que sólo unos minutos. Cierro los ojos y los abro a velocidad de vértigo, ¡me estoy mareando¡ y ¡Dios, que mal canta Rosendo¡
Ahora si me he transpuesto unos segundos, no me acuerdo, ¿por qué la gente ni me pisa, ni me mira?, me siento ignorado, con quién he venido yo hoy aquí y dónde estoy, (me vuelvo a mear), ahora cada vez que mi boca toca el suelo la boca me sabe un poco más ácida y mis pantalones ahora pesan mucho más.
Hoy he salido de casa pronto, voy reconstruyendo lo hecho en horas pasadas para saber que demonios me ha pasado,…!joder¡ no puedo recordar nada. ¿Salí yo sólo?, creo que no, lo que es seguro es que Manolo estuvo conmigo en Santa Bárbara tomando unas cañas ,eso seguro por que él no hembra sin su comentario machista de turno y allí mismo el novio de la rubia de la falda a cuadros casi nos mata, él tiene que estar por el bar y ahora vendrá a buscarme, y si no ha venido todavía es por que alguien más está aquí, Arturo es difícil que esté, es guardia jurado y suele sacarse demasiado dinero en guardias nocturnas como para perderse una.
En un abrir y cerrar de ojos veo más luz, se me debe estar pasando la curda, aún me siento mareado pero me encuentro mejor, mis escasas fuerzas no me permiten ni levantar el pesado pantalón vaquero que llevo puesto. Respiro profundo y un tropezón vuelve a entrar en mi nariz haciéndome vomitar nuevamente, por un pelo me he salvado, miraba al techo y casi me asfixio, giro la cabeza hacia un costado para poder expulsar el vómito.
Carlos seguro que también está, el no se pierde ni una, aunque ahora que lo pienso, tenia que estudiar está opositando y ya no tiene tiempo ni edad para estas fiestas, pensándolo mejor ninguno de mis amigos tiene ya edad para estas fiestas, que estaremos celebrando, espero recordarlo mañana (sonrío para mis adentros, mi situación es lastimosa pero hasta llegar aquí me lo he debido pasar bien).
Tras un ratito con los ojos cerrados al abrir descubro que en el local no hay más de diez personas, es un sitio grande y sucio, la música ya esta mucho más baja, giro el cuello buscando a gente conocida pero no hay nadie que recuerde.
Es más la lucidez del momento me lleva al recuerdo más triste de mi vida, Manolo no puede hoy estar aquí por que los muertos no se levantan, ni Andrés, él me odia, ni Carlos hace años que no hablo con él.
¿Qué podría hacer yo sólo, en un sitio que desconocía, completamente borracho y tirado en el suelo?
¿Qué?
Mierda¡ había vuelto a pasarme una vez más, yo bebía para olvidar a Alicia, mi novia, o mi mujer, y cada noche era la misma historia uno bebe para olvidar los malos ratos o las penas más gordas y en el momento que el alcohol es más perjudicial y empiezas a arrepentirte de haber bebido tanto te das cuenta de lo inútil del esfuerzo, por que bebes para olvidar y tú vida al final se reduce a que sólo recuerdas el motivo por el cual querías morirte.
El reflejo simplemente de los más oscuros sueños es el alcohol y el amor es como el, efímero, rastrero y te deja resaca. La oscura relación entre ellos es que siempre dependerás de uno de ellos, la vida ahora es así y cíclicamente envolverá mi vida esperando que alguna vez la pausa y la soledad triunfen para poder al fin escuchar mi propio latido sin miedo a que vaya muy rápido o demasiado lento.

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