El recorrió la distancia desde el pasillo hasta la cocina en un aexalación, ella estaba allí mirando como se hacían las judías en la olla.
La abrazó por detrás con ánimo alevósico de proponer un revolcón en la cama.
- Cariño, que te parece si vamos a la cama y ... ya sabes.
- Por dios Tobías, que las judías están a medio hacer.
- Pues nada, ¿cuándo terminan las judías de hacerse?
- Más de lo que voy a tardar en dejarte, chao.
viernes, marzo 10, 2006
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1 comentario:
Vaya... que duro...
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