miércoles, diciembre 20, 2006

Comala.

Me levanto, una taza de café caliente, me visto salgo a la calle.

En las aceras la gente vaga, todos estan programados para llegar a algún sitio.
Subo al autobus, el zarandeo de motor nos hace parecer estar en una discoteca con todos siguiendo alguna bizarra coreografía, las mismas conversaciones que se repiten, las mismas quejas y los mismos gritos al hablar por el móvil.

Ya en el cercanías todo es igual, otro estupido baile y otra gente con las mismas expectativas que yo, llegar.

Trabajas.

Y de vuelta todo lo mismo pero al revés.

Nunca he estado tan cerca de Comala.

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