Y cada noche soñé que esto volvía a funcionar, que mi átomo de artista que de vez en cuando funcionaba y que me hacía escribir cosas que leídas hoy día no me creo haber escrito, volvía a darme frutos.
Pero la realidad me dice que no se me ocurre nada renombrable que poner, que el átomo se extinguió por la edad y que probablemente necesite atormentarme para darle un poco de sentido a esté espacio en la red.
Ya no devaneo, mi cabeza se vuelve cada día más analítica, los sueños se esfuman y la tristeza ya es no es una forma de vida sólo actitud pasajera que uno mata conectando aparatos electrónicos.
Volvería pero sin ser el mismo de antes, busco sumergirme un día y al salir encontrar un mundo nuevo que plasmar aquí.
Hasta entonces ya no devaneo sólo añoro y es en silencio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
¡Qué decir...! Si mi átomo de arte estuviese activo durante un cuarto de hora posiblemente hubiese intentado escribir lo que tú has clavado aquí.
Por eso lo único que cabe en mi blog (lo poco que aparece en él) son retales de otras personas, en las que sí que observo supervivencia, entrega... o un rastro de vida.
La realidad ya nos aplasta suficientemente a todos, quizá no merezca la pena que nos atormentemos... ni siquiera para llegar a la lucidez que nos permite, de cuando en cuando, un destello de arte o genialidad o magia (o vaya usted a saber qué)
Aunque me gustaría leerte cada día, espero que estés demasiado ocupado sobreviviendo (así podré escribir sobre ti algún día, je)
Publicar un comentario