jueves, enero 22, 2009

Repartir sólo alegrias.

Miro atrás y la Navidad ha sido tan extraña...

Me preparo para inviernos más fríos y años cada vez más exentos de alegrías y repletos de trabas, supongo que es otra de las maldiciones de la vida.

Supongo que aceptarlo es lo único que se puede hacer y que una fingida sonrisa sirva de máscara porque no hay nada más injusto que hacer participe al resto sólo de tus desgracias.

Consideraré el crear un mundo de "Nunca Jamás" para la tercera edad, que es donde más se necesita.

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