sábado, junio 10, 2006

Devaneando

Ella cruzó el pasillo.
El cruzó el mismo pasillo al mismo tiempo.
No se cruzaron.
Y es que el pasillo era de otra dimensión, en la dimesión de la rutina uno no ve lo que no quiere, y lo evita a sabiendas que será evitado.
Hasta que el pasillo de la rutina, crece se hace descomunalmente grande, tan grande que se convierte en tu casa, tu lugar de trabajo y tu lugar de ocio.
Y después, ¿qué te queda?.

4 comentarios:

Irune Labajo dijo...

Cada vez escribes mejor. =)
Y más triste. =(
Te echo mucho de menos.

Anónimo dijo...

Queda luchar por cambiar la rutina...o no, porque quizás querías ir más allá de lo que yo he intentado entender. "Ojalá este blog nunca hubiera llegado a mí"
:-D

chartonjeston dijo...

Yo a ti también te echo de menos adita :)

chartonjeston dijo...

Quedan muchas cosas Laura, por supuesto, pero es que hay dias y veces que la vida se pone cuesta arriba y sólo salen de mi cosas tristes.