martes, diciembre 26, 2006

Navidades devaneantes.

Hubo hace un poco de tiempo ciertas Navidades donde reventaba, me daba la vena triste y sin querer hacía daño a la gente que quiero y me quiere.

Ese tiempo ya pasó, me he vuelto mucho más dócil, ya simplemente actuo como un autómata.

De puertas para adentro esa sensación de soledad me sigue atacando, pero no vale de nada exteriorizarlo.

De puertas afuera la otrora violencia verbal con la cual sangraba la Navidad en mi cabeza, se ha convertido en maldito conformismo.

Quizás he perdido rebeldía, yo no lo creo, simplemente estoy cansado de esfuerzos inútiles.

Lo único que tengo claro es que poco a poco se pierden las ganas de miles de cosas y actuando como el autómata payaso ya sólo me hago daño a mi.

En fin,con 33 años, puedo decir que algo he aprendido.

1 comentario:

susej dijo...

Se llama crecer. Un abrazo.