martes, julio 05, 2011

El principio de una historia más larga

Gringordia amanecía todos los días techada por el humo gris de sus fábricas, los rayos de sol que de vez en cuando se filtraban a través del grueso manto de desechos daban pinceladas de luz en un entorno completamente plomizo. Sus habitantes a modo de ordenados insectos recorrían las calles con una sintonía tal que daba la impresión de que su lider gobernaba no sólo sus recursos sino sus movimientos y todos y cada uno de los gígodos (gentilicio de Gingordia) acompañaba sus pasos al son de sus toses gratuitamente proporcionadas por sus medios de producción

Los varones gígodos desde muy temprana edad trabajaban en las fábricas mientras que las mujeres desde muy jóvenes eran educadas para servir, primero a sus padres y después a sus esposos, y en caso de fallecimiento del cónyuge rápidamente el gobierno concierta un nuevo matrimonio, la figura de una mujer soltera es muy mal vista en la cultura gígada y tan sólo es aceptada en la figura de las excedentes de cupo.

Este concepto de matrimonio o unión conyugal quizás merece una explicación más profunda para que el lector se haga cargo de las pintorescas costumbres de este pueblo y se podría dedicar veinte volúmenes tan sólo para hacer mención a los primeros cien años de legislación matrimonial desde el reinado de Gomercio I el telépata el fundador del Estado moderno Gígodo.

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